La flora intestinal, es un medio ocupado por millones de microbios de diferentes especies necesarios para nuestra salud, la mayoría están en el tracto digestivo, y más concretamente en el colon, también habitan en el interior de la boca, el estómago e intestinos, estas partes son las que están en contacto directo con el exterior. Las personas nacemos estériles, pero e mínimo contacto con el exterior los microbios de cualquier clase entran por la boca y se diversifican, establecen y multiplican por diferentes mucosas.
En la pared intestinal se crea una barrera contra la invasión de microorganismos peligrosos, en la mucosa intestinal se generan muchos anticuerpos, que hacen que la flora se fije al intestino para evitar que microbios no pertenecientes a la misma invadan a este órgano. La conformamos con la dieta y otros factores externos.
No obstante, en ocasiones los microorganismos y sustancias extrañas rompen las barreras y logran traspasar la mucosa intestinal, con lo que dan lugar a una infección.
En los dos primeros años la formación de la flora intestinal, está influida por la lactancia, el medio ambiente, etc.
Los niños con la flora intestinal afectada son más propensos a padecer ciertos trastornos neurológicos, como el TDAH y algunos problemas relacionados con el aprendizaje.
La flora es diferente para cada persona, y su buen funcionamiento además del cuerpo, afecta también el sistema inmunológico, peso, salud mental, memoria, pudiendo ser el origen de diferentes enfermedades crónicas y agudas, desde diabetes hasta cáncer.
Alimentos buenos y malos para la flora intestinal
La flora nos ayuda a fermentar la parte no asimilable de los alimentos, como la fibra vegetal, y los microorganismos que hay en la flora producen ácidos grasos, vitamina D y K, facilitan la recuperación y absorción de calcio, hierro y magnesio, y evitan la entrada de microbios dañinos. Son una parte importante del sistema inmunológico.
Los malos hábitos de vida, el abuso de algunos medicamentos y laxantes, el tabaco o las drogas, el estrés, el sedentarismo, y una dieta pobre en fibra y rica en grasas dañan nuestra flora, por eso debemos cuidar lo que comemos, una dieta rica en alimentos con fibra, probióticos y prebióticos, ayudan a mantenerla en buen estado, además de proporcionarnos el tipo y la cantidad correcta de nutrientes que necesitamos.
- Los alimentos probióticos contienen bacterias buenas como Lactobacilos, que libera unas sustancias sanas que crecen dentro de tracto digestivo. Están presentes en los yogures y los lácteos fermentados. No todos los probióticos son iguales, ni nos aportan los mismos beneficios, los hay que van bien para el colon irritable pero no son efectivos para la diarrea o las alergias. Cada probiótico tiene un efecto para una patología especial.
- Los alimentos prebióticos son sustancias de los alimentos que no podemos digerir por lo que no nos aportan ningún beneficio. Su función está en a las bacterias buenas de la microflora intestinal. Suelen ser carbohidratos no digeribles, algunas bacterias procedentes de la leche mediante ciertos, otras que hay en el espárrago, cebolla, tomate, plátano, centeno, etc.
Evitemos el consumo de antibióticos, teniendo cuidado con el consumo de carnes provenientes de animales alimentados con antibióticos para acelerar su crecimiento, y que también acaban afectándonos, y el azúcar, ya que todos ellos dañan nuestra flora. Pero si i nuestra dieta es baja en azúcar y tomamos alimentos fermentados sin pasteurizar o algún suplemento de probióticos de buena calidad nos ayudará a mantener y restaurar tanto nuestro ecosistema interno del intestino como nuestra salud en general.
Hinchazón, estreñimiento, diarrea, flatulencias, son algunas de las molestias que si se hacen crónicas pueden ocasionarnos importunas molestias.
También tiene relación la flora con el peso corporal, hay estudios que dicen que las personas obesas suelen tener una composición bacteriana intestinal diferente que, varía con la pérdida o el aumento de peso. Solo controlando el peso podemos transformar la flora intestinal.
Cómo mantener una buena flora intestinal
Una guía para cuidar la flora intestinal debería basarse en:
- El consumo diario cinco raciones de frutas, verduras y hortalizas.
- Tomar dos lácteos fermentados al día con probióticos.
- Comer legumbres de 2 y 4 veces por semana.
- Comer frutos secos, mejor crudos y semillas.
- Cuidemos tanto la higiene personal como la de los alimentos
- Evitemos el consumo abusivo de antibióticos y sin prescripción médica..
- Hacer ejercicio físico a diario.
Evitemos los laxantes porque pueden hace que el cuerpo se vuelva vago con lo que cada vez necesitará cada vez más cantidad, a la vez que dañan considerablemente la flora intestinal, solo podrán tomarse en casos excepcionales con prescripción médica.
La diarrea puede ser la primera señal de que las defensas del intestino están débiles, lo que posibilita que los microorganismos dañinos se peguen a las paredes y se reproduzcan, causando una infección.
JOSEP MASDEU BRUFAL
Naturópata